El 1 de julio de 2016 Vermont se convertía en el primer estado de los EEUU en implementar el etiquetado obligatorio de productos transgénicos en alimentación humana, [1] una victoria para los partidarios de este etiquetado que esperaban que esta nueva legislación prendiera la mecha para todo el resto del territorio. Las empresas agroalimentarias no querían encontrarse con un mosaico legislativo a este respecto, y algunas habían anunciado su voluntad de etiquetar todos sus productos a nivel federal. Otras mantenían una fuerte oposición a cualquier tipo de transparencia. Se habían propuesto varias leyes, pero nunca habían llegado a adoptarse [2]. Sin embargo, la entrada en vigor de la legislación de Vermont ha precipitado las cosas. El 14 de junio una gran coalición de demócratas y republicanos [3] apoyaba un texto de "compromiso" [4].
El presidente Obama, a pesar de haber prometido en su campaña en 2007 [5] que actuaría en favor de una mayor transparencia en cuanto a alimentos transgénicos, dio su aprobación final al texto.
El contenido de la ley estadounidense de etiquetado
La ley que acaba de aprobarse impone el etiquetado para los productos destinados a alimentacion humana que contengan OMG. Al igual que en la UE, los productos obtenidos de animales alimentados con OMG (carne, leche, queso, huevos) y los OMG utilizados en restauración colectiva no están sujetos a este etiquetado. Otra excepción : los "productores muy pequeños" (concepto que no se define en el texto) no tendrán por qué respetar esta obligación.
La ley da a elegir entre varios tipos de etiquetado : un texto, un símbolo o incluso un enlace digital [6], los famosos códigos QR tan denostados por los partidarios de una mayor transparencia. En lugar de un elemento comprensible a simple vista, para leer estos códigos QR se necesita conectar con una aplicación para smartphone para así conseguir la información deseada. Por tanto hace falta tener este tipo de teléfono [7], conexión y tiempo para escanear y revisar todos los productos que el consumidor quiera comprar... una solución aclamada, por otra parte, por numerosas empresas agroalimentarias. Es de entender, dado que este sistema tiene un coste muy bajo y permite dar la ilusión de una cierta transparencia sin los inconvenientes de esta. Imagináos que a los consumidores, de estar correctamente informados, ¡les diera por rechazar sus productos ! Según Thibault Rehn de la asociación Vigilance OGM en Québec, la intención última de estas empresas es colocar mucha más información tras estos códigos QR, información que a día de hoy está presente en el embalaje del producto (como por ejemplo la información nutricional).
Una brecha en la ley : el texto no precisa un mecanismo de sanción en caso de no respetarla...
Los aspectos técnicos del texto serán precisados por un decreto de aplicación de aquí a dos años (especialmente el umbral de presencia de OMG por ingrediente a partir del cual el etiquetado será obligatorio). El etiquetado, por tanto, no será obligatorio antes de la adopción del texto.
Por otra parte, la ley está clara : los estados federales ya no tendrán competencias para adoptar reglas de etiquetado más estrictas [8]. La legislación de etiquetado de OMG en Vermont, Connecticut y Maine dejará de existir, así como las leyes de etiquetado del salmón transgénico en Alaska o de las semillas transgénicas en Vermont y Alaska [9].
Thibault Rehn señala que esta reglamentación va a trastocar muchas cosas en la sociedad civil estadounidense : "Supone claramente una ruptura de las acciones de las asociaciones a escala federal, e impone un reposicionamiento de las estructuras que han luchado por el etiquetado en los últimos 10 años", señala. Una "victoria" muy amarga...
Food Democracy Now [10] y el Center for Food Safety [11] han decidido no quedarse ahí y desean apelar la ley por considerarla inconstitucional [12]. La 14º enmienda constitucional considera efectivamente que la ley debe proteger por igual a toda la ciudadanía. Los códigos QR implican una inequidad de información, dado que, según ellos, se trata de una discriminación hacia una parte de la población, especialmente "las poblaciones de mayor edad y más necesitadas".
Parece que en el tema del etiquetado de transgénicos en EEUU aún queda mucho por andar.
Traducción : Observatorio OGM de Ecologistas en Acción